miércoles, 16 de marzo de 2011

El futuro del protestantismo en América Latina


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Prudencio Damboriena opinaba en su libro "El protestantismo en América Latina" del año 1962 que el protestantismo era un movimiento en rápido crecimiento en América Latina, aunque también hace referencia a las divisiones y la falta de misioneros en las zonas de mayoría indígena. Varios de las citas dadas por Damboriena son bastante pesimistas, ya que ninguna veía en el momento que los evangélicos dejaran de ser minoría en América Latina, pero los datos actuales en países como Brasil, Nicaragua, Chile o Guatemala, pueden echar a bajo estas opiniones. Tal vez por ello Damboriena afirma que al ritmo de crecimiento de los años 60, para finales del siglo XX habría en América Latina más protestantes que los que hubo en Europa un siglo después de la Reforma Protestante.
Juan Kessler en su libro "500 años de evangelización en América Latina" publicado en 1992 afirmaba que veía un frenazo el crecimiento debido a la deserción, pero que en la mayoría de los países de Centro América se llegaría a un 30 % de la población.

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Jean Pierre Bastian en su libro "Protestantismos y modernidad latinoamericana" publicado en 1994 hace un análisis crítico, ya que no ve positivamente el enfoque de los protestantes en la sociedad y no piensa que sean una fuerza regeneradora, sino más bien, una fuerza reaccionaria y teórica.
La percepción de David Stoll es más negativa como defiende en su libro"¿Se está volviendo protestante América Latina?", En él afirma que los evangélicos se dedican a la conservación en todo menos en el ámbito religioso, mostrando sus dudas en un cambio significativo en la cultura, política o economía.
David Martín en su libro "Lenguas de fuego" afirma que el protestantismo Latinoamericano en la actualidad es totalmente independiente de las misiones extranjeras. Por otro lado Martín coloca el movimiento misionero en América Latina dentro de disidencia religiosa de los siglos diecisiete y dieciocho. Según Martín el rechazo a la sociedad monolítica dejada por los españoles empujó a muchos hacia el protestantismo.
Las teorías de los expertos son muy variadas, tal vez los fenómenos religiosos sean difíciles de explicar, dado que muchos son los factores que los producen, incluidas las propias experiencias religiosas.
La problemática religiosa no es fácil de explicar ni entender. Muchos son los factores que deben confluir para que un cambio religioso se produzca, pero muchas veces, dándose todos ellos el cambio no llega.
La verdad es que la Iglesia Católica en la inmensa mayoría de sus reflexiones, habla de su propia culpa en los cambios religiosos. En los documentos del Sínodo 16 de noviembre al 12 de diciembre del 1997 los obispos de América se confiesa de la falta medios humanos de la Iglesia Católica y de la nueva importancia de los laicos. En el documento de la Comisión Doctrinal de la Conferencia Episcopal de México titulado El Compromiso Pastoral de la Iglesia frente a las sectas y nuevos movimientos religiosos, también se reconoce la falta de instrucción religiosa de los fieles católicos y la carencia de sacerdotes, aunque se vuelva a aludir al complot internacional. El propio Papa en sus discursos y cartas pastorales como la dirigida el 23 de marzo del 2001 a miembros de la Pontificia Comisión para América Latina comenta, que la presencia de evangelizadores católicos frena el crecimiento de las sectas.
Damboriena comenta en su libro: "Ante todo, hay que tomar en cuenta el ardor proselitista mostrado por las iglesias. El protestantismo apenas lleva siglo y medio de trabajo misionero, pero en este periodo su entusiasmo por atraer al mundo a la causa de la Reforma no ha conocido límites... La fuerza de una ideología no debe medirse únicamente por la ocupación territorial, si no por la vitalidad y recursos que dispone, por la solidez de la ideología opuesta a la que se quiere sobre poner y por la confusión que pueda crear en las masas. Desde varios de estos aspectos las ventajas del protestantismo en Sudamérica son indudables.. Al ritmo actual, antes de finales de siglo (XX) la América Latina podrá contar con más seguidores de los que poseía Europa un siglo después de la aparición histórica del protestantismo." Damboriena vaticinaba en el año 62 un fuerte crecimiento del protestantismo. Aunque sin imaginar el crecimiento actual.
También hemos visto que la tradición del protestantismo latinoamericano hecha sus raíces en el siglo XIX, que es una realidad compleja que no puede despacharse como una simple manipulación extranjera, ya que el pastorado es en su mayoría autóctono y en especial el pentecostalismo se ha adaptado asombrosamente a la cultura latina.
Las relaciones directas entre extrema derecha y protestantismo tampoco puede afirmarse, dado que como hemos visto, el protestantismo colaboró con regímenes como la Nicaragua Sandinista o la Cuba de la revolución, los grupos indígenas guatemaltecos y a favor de la implantación de la democracia en el Continente.
Tampoco se puede acusar en la actualidad al protestantismo de indiferente a los problemas sociales y a la política, ya que en países como Brasil, Guatemala, El Salvador, Argentina, Bolivia y otros muchos, los evangélicos tienen una amplia red social y representantes políticos en los parlamentos.
Carlos Alberto Montaner en su columna en la revista digital FirmasPress, comenta como Estuardo Zapeta, profesor de sociología de la Universidad Francisco Marroquín e indígena de origen, al hablarle de los indígenas mayas cachiqueles dice: "Comienza a ser muy notable la diferencia de los niveles de prosperidad entre los indígenas mayas Cachiqueles vinculados al protestantismo y los que permanecen en el ámbito de la fe católica. ¿Por qué? Porque la estricta ética de los evangélicos, donde se prohíbe la bebida y el adulterio, tiene dos consecuencias económicas inmediatas: aumenta considerablemente la capacidad de ahorro de los abstemios- el alcohol es un problema serio entre los indígenas-, y el núcleo familiar tiende a mantenerse unido. Como por otra parte, para los evangélicos el control de la natalidad por medios artificiales no representa obstáculos de carácter moral, esas familias tienden a ser menores. Si a estos aspectos se le suma el hecho de que las iglesias funcionan, además, como círculos de apoyo mutuo, es fácil de comprender que el que participa en ellas puede beneficiarse grandemente... Pero hay más: la sobriedad, el apego a las leyes y el temor de Dios que caracteriza a muchos de los conversos del protestantismo... no ha pasado inadvertida para los empresarios y empleadores. De donde surge la extraordinaria paradoja de que en muchas empresas cuyos dueños son católicos prefieren a empleados evangélicos...".
En la revista digital Política y Pensamiento, en una entrevista a José Ignacio García Hamilton, autor del famoso libro "El autoritarismo hispanoamericano y la improductividad" comenta: "...De la parte en donde afirmo que los católicos somos menos aptos para la democracia y el desarrollo económico que los protestantes, sigo pensando exactamente igual...El protestantismo no tiene Papa, un cura o un sacerdote que diga cuales son las normas de conducta, se tiene que hacer responsable, esta más sólo, más aislado, pero las normas que él crea están muy íntimamente unidas. En cambio, los católicos, cuando violamos una norma que pone el sacerdote o el Papa, sigue siendo una norma que nos viene de fuera...".
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Estos dos autores, sudamericanos y católicos, explican por sí mismos la valoración del protestantismo en América Latina. Naturalmente hay otras opiniones más críticas como las de Bastian que dice: "...los protestantismos populares y los pentecostalismos actuales, en constante expansión, al parecer han asimilado la cultura política y religiosa de la represión...De protestatarios, los protestantismos latinoamericanos pasaron a ser fundamentalmente atestatarios, siendo en cierta forma la expresión religiosa del desgarramiento del hombre latinoamericano frente a una modernidad impuesta pero no asumida...".
Bastian identifica el protestantismo progresista de los cincuenta y sesenta, con el protestantismo bueno, pero ve en el actual protestantismo "una simple expresión religiosa popular". Tal vez detrás de esa lucha del hombre latinoamericano contra la modernidad esté el grito de un pueblo mal gobernado, que ve en lo profundo del hombre una corrupción moral que necesita una respuesta urgente.

Bibliografía.
Arana, Pedro. Latinoamérica y el evangelio. Andamio, Barcelona, 1992.
Atienza, Jorge. Victoria sobre la corrupción, Certeza, Buenos Aires, 1998.
Barrientos, Alberto. Sociología y fe cristiana, IINDEF, San José, 1993.
Bastian, Jean-Pierre. Protestantismo y modernidad latinoamericana, Fondo de Cultura Económica, México DF, 1994.
Cordero, Lourdes. Cristianismo, política y poder, Lámpara, La Paz, 1997.
Damboriena, Prudencio. El protestantismo en América Latina. Tomo I y II, OIIS, Madrid, 1962.
Gómez, Jorge I. El Crecimiento y la deserción en la Iglesia Evangélica costarricense, INDEF, San José, 1996.
Johnstone, Patrick. Operación Mundo, CLC, Santafé de Bogota, 1993.
Kessler, Juan. 500 años de evangelización en América Latina, IINDEF, San José de Costa Rica, 1992.
Padilla, René. De la marginación al compromiso. FTL, Quito, 1991.
Stoll, David ¿Se está volviendo protestante América Latina?
Weber, Max. La ética protestante y el espíritu del capitalismo, Orbis, Barcelona, 1985.
Ynfante, Jesús. Opus Dei. Grijalbo, Barcelona, 1996.

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