miércoles, 7 de septiembre de 2011

Los locos que cambiaron el mundo

Personas que lo dejaron todo por servir a Dios, necesitamos ese tipo de locura en España y en el mundo.

Me encantan las palabras del apóstol Pablo cuando dirigiéndose a los corintios, que negaban su apostolado, llega un momento en el que les dice: que aunque están locos para Dios, para ellos están cuerdos. Era una manera de afirmar que la lógica de Dios y de los hombres normalmente no se correspondía.

La locura de Dios siempre implica renuncia. Dios no busca hombres perfectos, busca hombres y mujeres dispuestos, por eso no siempre elige a los mejores según los criterios de la sociedad, prefiere a aquellos que están dispuestos a renunciar a todo por Él.

 Gracias a esta locura sana y transitoria, la sociedad ha ido cambiando paso a paso. Uno de esos locos fue William Wilberfoce, un parlamentario cristiano que dedicó su vida a luchar contra la esclavitud.  La gente de su tiempo pensaba que estaba completamente loco. Los intereses comerciales del Imperio Británico y del propio parlamento hacía inviable un cambio en la injusta política de la esclavitud, pero Wilberfoce esta afortunadamente loco.

Sus palabras aún tienen la capacidad de estremecernos, por sencillas y certeras: "Las grandes cosas tienen inicios pequeños. Cada aguacero es solo una gota, cada fuego es una chispa, cada cosecha es solo una semilla, cada viaje es solo un paso porque sin pasos no hay viaje."

 Los conformistas siempre se escandalizan ante las palabras de los “locos” que quieren cambiar el mundo. Les parecen que rompen el protocolo de la vida, las normas de cortesía y las buenas formas de siempre.

Me encanta la filosofía de Aplee: “Son los locos. Los inadaptados. Los rebeldes. Los alborotadores. Los que ven las cosas de manera diferente. No les gustan las reglas. No tienen ningún respeto por el  statu quo . Podemos citarlos, estar en desacuerdo con ellos, glorificarlos o vilipendiarlos. Lo único que no podemos hacer es ignorarlos”.

En  Marcos 3:21 , unos familiares van a por uno de estos locos: Cuando lo supieron los parientes de Jesús, fueron a llevárselo, pues decían que se había vuelto loco. La misma “locura” del apóstol Pablo en  Hechos 26:24, 25 : “Al decir Pablo estas cosas en su defensa, Festo gritó: --¡Estás loco, Pablo! De tanto estudiar te has vuelto loco. Pero Pablo contestó: --No estoy loco, excelentísimo Festo; al contrario, lo que digo es razonable y es la verdad”.

 Necesitamos locos que puedan imaginar un mundo distinto , que sean capaces de tener la suficiente ilusión para buscar la manera de transmitir el Evangelio, que estén dispuesto a perderlo todo, por ganar a alguno para Cristo.

Mientras los cuerdos, los conformistas y los cínicos sigan mandándonos callar, estarnos quietos y no molestar, las cosas seguirán igual.

 ¿Cómo cambiaremos la realidad social y espiritual de nuestro país? Tendremos que estar un poco locos, para al menos intentarlo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario